domingo, 30 de marzo de 2014

Juan Grabowski

                        
                       
                        

                         

Hay gente que nace para ser mochilera. Viajar a dedo, probar suerte, hacerse la América. Eso es lo que decidió hacer de su vida el "ruso" Grabowski, un blondo jugador de fútbol modelo 82, que ya desde hace casi 10 años viene de migración en migración ylevantándola en pala trayendo dólares alfajores y comiendo chipá como almuerzo.

Obviamente, de chico, los viajes y los gustos te los pagan tus viejos. Ese fue el rol que cumplió Rosario Central en su obligación de enseñarle a jugar bien al fútbol darle cobijo y sus primeras herramientas en este deporte. Podemos observar como después demadurar participar varios años en las juveniles, Ariel Cuffaro Russo confió recurrió a él y a otros pibes de la reserva en la segunda mitad del año 2005 para disputar un partido del torneo local frente a Lanús, mientras el equipo principal esperaba por el duelo de vuelta frente a Newell´s por la Copa Sudamericana. Los jugadores de emergencia no le fallaron, pasaron como un torbellino sobre la férrea resistencia del "granate" y le ganaron 4 a 0. 

                                                  

Uno que yo sé andaba sacando pecho por su rubiecito goleador.

No fue cualquier partido para Juan, porque aparte de ser su primer partido, debutó en la red con una jugada maradoniana incluida necesitando apenas soplarla. Y sí, el que no la metía esa noche es amigo de Gianfelice (¿?). Pero ojo, que ya tenía 23 años. Y si a su edad los jugadores no tienen continuidad, se los echa de casa y "vaya a hacer su vida". Grabowski apenas tuvo la chance dos ocasiones más en ese torneo, teniendo que esperar que los reyes magos le regalen un buen 2006.

Ese año el querido Zof no le daría el gusto de pisar el Gigante durante el Clausura, pero sí lo dejó jugar la Copa Libertadores, cumpliendo su sueño de alcanzar el roce internacional. Además de enfrentarse a Cerro Porteño y al bueno de Achucarro, tuvo sus minutos de goce frente a Palmeiras. Pero se le dio de hacerse el rebelde y pegó el portazo: "voy a hacerme hippie...me voy de esta casa". "Daale, ya vas a volver", contestó Scarabino. 

El pibe le metió para la Ruta 11, rumbo al norte, y levantado por un camión de troncos, llegó a Chaco, más precisamente Resistencia. "acá voy a hacer mi vida". Descubrió que existía un club, se probó, y después de un largo debatir de la CD, quedó. Se trataba de Sarmiento, club del Argentino B. Allí pudo darse el gusto de jugar unos picaditos. Pero tenía razón papi. A los meses, ya en 2007, no aguantó y se pegó la vuelta. Central, entre tener que mantenerlo y la necesidad de rellenar el plantel, miró el vaso medio lleno y le ofreció el sótano para dormir en las noches quedarse un tiempo más durante la dirección técnica de "pipo" Gorosito. Fue un mal año para Grabowski, que apenas pudo disputar 2 partidos, pero se dio el gusto de subir 3 categorías (¿?).

                                                                  

"No veía la hora de que se fuera. Es una sanguijuela".

El perro arrepentido ahora tuvo que partir de nuevo porque lo sacaron de una patada de su casa, y armó su agenda en función de sus nuevos planes sin saber que hacer agarró la mochila, la coca y el gorrito colla y recaló en Bolivia. Un club de jerarquía mundial comoOriente Petrolero se fijó en el hacia 2008 y lo utilizó mucho durante el año (el club no disputó copas internacionales ese año, así que los papelones no fueron televisados al continente). Si bien tuvo continuidad, él se hizo el interesante y se marchó rumbo a su país continuando con su vida de bohemio.

Pero, conciente de sus aptitudes limitaciones, no ancló en Rosario sino que paró ahí nomás, en Las Parejas. La idea era buscar clubes donde fuera el protagonista principal, así que Sportivo fue el escenario ideal para ese 2009. Hizo un papel suficientemente aceptable como para que el mercado internacional ponga los ojos en él y se lo quiera llevar. 

Lamentablemente Total Chalaco de Perú no tenía dinero para pagarle el avión, pero él, acostumbrado a la trashumancia, hizo el camino por tierra. Los hermanos peruanos, obvio (¿?), esperaron el tiempo necesario para que viniese un jugador de su jerarquía. Ellos estaban avisados de su prontuario, pero confiaban ciegamente en su incorporación rumbo al 2010. A pesar de su presencia Para pena de los hinchas, el flamante ascendido descendió. Juancito se fue y en consecuencia el club se disolvió.

Pero la vida da revanchas y sorpresas. Y tenía que llegar en Chile, sino...¿en dónde? El Coquimbo Unido, eterno equipo de la B, contrató al jugador, le dio continuidad, y se dio el gusto de firmar una renovación de contrato en su vida. Para contársela a los nietos. Eso sí. No quiere jugar en Primera División. "porque soy re heavy re jodido".

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